Diego Sosa, conferencista internacional en el área de
crecimiento personal y profesional, escritor, coach y consultor empresarial, decidió compartir sus conocimientos acerca de la relaciones interpersonales y la inteligencia emocional a través de “Migomismo II”, su décimo
tercer libro.
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Foto: Marvin Del Cid |
Su libro tiene un nombre muy particular, ¿alguna razón en especial le
hizo titularlo de esta manera?
El
proyecto ‘Migomismo’ comienza con la inteligencia emocional, con la primera
persona, la más importante en mi vida, porque todo el mundo quiere dominar a
los demás. La idea es dominar mis reacciones, el “yo” como primera persona del
centro de mi vida.
Según usted, este libro está escrito para todos los habitantes del
planeta. ¿Qué encontrará quien lo adquiera?
Va
a encontrar todo lo que son las relaciones humanas, que son tierra fértil para
conflictos, son la parte interesante de la vida en sociedad. Encontrará las
herramientas necesarias para manejar las relaciones, tanto en sus buenas como
en sus malas, o sea que cuando haya conflictos encontrará cómo resolverlos.
Estamos trabajando la empatía, encontrará experimentos que se han hecho
últimamente para encontrar las neuronas espejo, tenemos un montón de cosas
interesantes.
¿Alguna de las historias o de los personajes que aparecen en el libro son
reales?
Hay
muchas vivencias. No es digamos una historia verídica, pero todos los lugares
que visitan los protagonistas en el norte de Alemania son lugares muy míos, lugares que visito. Son reales puestos en una
historia inventada.
O sea que también será un viaje
geográfico…
¡Como
todos mis libros! Es un libro conociendo también la parte geográfica, hay dos
que fueron aquí en República Dominicana y estos últimos dos (Migomismo I y
Migomismo II) son en lugares de Alemania donde vivo.
¿Por qué las personas necesitan ayuda para aumentar su EQ (Coeficiente de
Inteligencia Emocional)?
Necesitamos
ayuda porque las herramientas que se encuentran empíricamente hoy no las traemos
de fábrica, relacionarnos con los demás es una cosa y relacionarnos bien es
otra. Nosotros duramos como humanos 7 millones de años corriendo en el monte,
saliendo al bosque a cazar, y en los últimos 2 mil años hemos tenido una
vertiginosa evolución en lo que es la civilización. Anteriormente huíamos de un
animal, hoy cuando encontramos a alguien que nos enfrenta tenemos que lograr
solucionar el conflicto. Anteriormente nuestra inteligencia emocional nos decía:
“Mata al perro”, “Mata al león”, “Corre y súbete en una mata”; hoy nuestra
inteligencia emocional nos dice: “Al león que va en otro carro déjalo que se
vaya solo”, “Déjalo que se estrelle solo”,
“No pelees con él porque fácilmente sales muriendo”, y así pasas la vida,
pero para eso hay que entender cómo nuestro cerebro está programado para
reaccionar. Es una herramienta que necesitamos, por eso necesitamos
obligatoriamente que alguien nos diga cómo funciona y cómo hacer uso de ella.
¿Y qué tan beneficioso es aprender a manejar la inteligencia
interpersonal?
Nos
sirve para el área de las ventas, por ejemplo, el área de servicio. Nos sirve
para relacionarnos con nuestros compañeros, con nuestra pareja, con nuestros
hijos, con nuestra familia, con nuestros amigos, es la herramienta necesaria para
crear relaciones buenas y eficientes, tanto en el área del dinero, o sea en el área
profesional, como en el área personal. Siempre
digo que nos contratan en una empresa por nuestras aptitudes, o sea por
nuestros conocimientos, pero nos despiden por nuestras actitudes, de ahí viene
la inteligencia emocional, nuestro EQ, nuestro coeficiente emocional que nos
lleva a relacionarnos con los demás de una forma. Aunque tengamos mucho
conocimiento, si no logramos pasar esos conocimientos a resultados que se
puedan medir, terminamos perdiendo el trabajo.
Y en ese sentido, ¿qué usted recomienda: que la empresa se dedique a
impartir cursos o que el empleado los busque por sí mismo?
Las
dos cosas. Recomiendo más a la empresa porque es una filosofía de trabajo, una
imagen corporativa. Cuando una persona va y toma un curso, multiplicarlo dentro
de la empresa es muy difícil, pero cuando la empresa completa lo toma todos
están a una, empujando hacia un mismo lugar, hacia un mismo tiempo. La empresa
debe ser la base para todo lo otro.
En uno de sus capítulos enseña cómo tratar a las personas difíciles,
¿pero cómo esa persona descubre que es una de ellas?
La
mayoría de las personas no quiere decirse: “Tengo responsabilidad de lo que me
está pasando”, hay gente que cree que todos conspiran contra ella, todos son
los difíciles. Yo digo que cuando una persona te dice que pareces un camello,
no tendrías que preocuparte mucho, pero si tantos lo dicen hay que ir al espejo
a ver si tienes una totuma. Cuando estamos esperando que los otros cambien,
definitivamente nuestra vida no cambiará. Cuando trabajamos con personas
difíciles, seguirán siendo difíciles a menos que ellos lo decidan, pero puedo
hacer mi relación con ellos lo mejor posible o decidir no querer nada. Si es en
lo profesional necesitaré algo que ver con ellos, puede ser un jefe, un compañero,
un colaborador, un cliente, entonces tengo que ver cómo llevarme con ellos, cómo
lograr lo mejor con ellos. No siempre se logra, muchas veces hay que salir
corriendo y dejarlos.
¿Y cómo se le saca provecho a las diferencias?
Todos
somos diferentes. Algunos son mejor para una cosa, otros para otra, debemos
entender que no tenemos que saberlo todo sino conseguir que los que saben algo
colaboren con nosotros. Hay gente que lo quiere saber todo y eso hace que
cuando encuentra a alguien que sabe más, se bloquea. La idea es que cuando tengamos
diferencias lograr que cada uno aporte lo que sabe para conseguir un mejor
equipo y resultados mucho más eficientes y eficaces.
Pregunta tonta: Se nos ha enseñado que debemos separar lo profesional de
lo personal, ¿entonces por qué se necesita tener relaciones afectivas en el
trabajo?
Si
paso ocho horas con una persona en el trabajo y solamente la veo como
profesional, me estoy perdiendo una parte importante de ella. No digo que tengo
que tener una relación afectiva con todos, la idea es que encuentre cómo es esa
persona, cómo trata, cómo quiere ser tratada, para entonces tratarla como
quiere, de esa forma logro conseguir lo mejor con esa persona y hacer que la
empresa consiga lo mejor de todos en conjunto. Si solamente trato la parte
profesional, posiblemente no tengamos la ayuda que necesitamos en un momento
determinado. De esas relaciones afectivas sale una amistad fuera del trabajo,
lo que no es recomendable es tener pareja porque ya se entra en un vínculo diferente
que puede terminar afectando el trabajo.
Pero hay empresas que lo aprueban…
Hay
empresas que lo aprueban, pero tratan de que estén en departamentos separados, porque
por más que uno quiera, llevamos los problemas personales al trabajo, y una
empresa no puede parar porque haya dos personas que, en su casa o en su vida personal, tengan una discusión y
después no quieran colaborar en la empresa o comiencen a meterle el pie al otro
para que se caiga, porque me fue infiel
o porque no me trata como quiero. A
veces se termina la relación y termina la empresa teniendo problemas, por eso
lo recomendable es separar esas personas en departamentos diferentes para que
no afecte su trabajo.
Hay quienes son líderes naturales, ¿pero qué se necesita para ser uno muy
bueno?
Lo
de los líderes naturales es relativo. Hay gente que dice que nació líder, pero
no utilizó desde el principio las
herramientas que hacen que se les reconozca como tal: la humildad, la sencillez,
la afabilidad, el servirle a los demás, todas esas herramientas que detallo en
el libro. Puede ser que una persona desde chiquito se dé cuenta o las vea en su
casa y las comience a utilizar, por eso los otros lo toman como un líder. Hay
líderes que son imponentes, que desde chiquito ves que todo el mundo los sigue
por fuerza, porque le tienen miedo y esos cuando pasa un tiempo terminan en la
cárcel o perdiéndolo todo. El liderazgo era solamente mientras podían ejercer
poder sobre un grupo de personas. Entonces, líder no se nace se hace, lo que
hay que buscar las herramientas que un líder tiene e imitarlas. Tomemos líderes
religiosos, políticos que han muerto, que han llevado a un grupo de gente a
convertir un país en algo diferente como lo fue Juan Pablo Duarte, Mahatma Gandhi,
Dalai Lama, que buscan un objetivo y tienen un comportamiento que hace que nosotros
digamos: “Ese es un líder”, no se impone, no es con dinero, sino con un ideal y
con una forma de actuar.
Entonces esos que se imponen al
final se convierten en jefes…
Se
convierten en jefes y terminan perdiéndolo todo. A la corta o a la larga terminan
perdiéndolo todo porque la gente no los sigue. Terminan siendo un grupo que no
consigue el máximo, porque cuando tenemos un jefe lo que hagamos es lo mínimo
posible para mantener nuestro trabajo y los buenos talentos terminan yéndose de
su lado, entonces se queda con lo que llamo “papagayos”, los que repiten lo que
el jefe dice, para que el jefe esté contento, y no las águilas que pueden volar
solas, que buscan otra orientación, consiguen otra visión para hacer las cosas
de una manera diferente. Al jefe no le gusta que la gente vuele sola.