viernes, 27 de diciembre de 2013

Juan López Bauzá: "República Dominicana es una sociedad más libresca que la de Puerto Rico"


Foto: Nelson Sosa
El escritor puertorriqueño Juan López Bauzá visitó recientemente el país, invitado por la Oficina del Estado Libre Asociado de Puerto Rico en la República Dominicana, para promocionar su novela "Barataria", una obra satírica acerca del estatus político de Puerto Rico y que ganó el Premio Las Américas 2013. 

Hay quienes dicen que el hecho de volver a la literatura clásica es un gesto valiente, pero provocativo. ¿Lo considera usted así? 
Como ahora mismo estamos en el momento de la literatura "light" y fácil, pues era una apuesta un poco riesgosa, pero como dicen: "No hay arte sin riesgo". 

¿Y no tuvo inconvenientes para que una casa editorial le publicara? 
¡Sí, todas me rechazaron! De las que hay, y no hay muchas en Puerto Rico, me rechazaron cuatro de las más importantes. La última, que era la más nueva, la leyó y después de 60 páginas me dijo: "Yo quiero publicarla". 

¿Por si acaso esa tiene corte independiente? 
¡Sí! Es un muchacho muy joven y está haciendo cosas extraordinarias, tiene una editorial nueva. Él se tiró el riesgo conmigo y nos salió extraordinariamente bien. Después que me dieron el premio, que habíamos pasado todo el drama, él me dijo que cuando la leyó supo que era una novela que se iba a leer por muchos años.

Usted es conocido como un crítico de Puerto Rico. Confiese: ¿Aprovechó el libro para hacer la crítica con palabras más bonitas? 
Sí, exactamente. Muy bien puesto (risas). Es un libro que trata sobre la política en Puerto Rico, el desastre que vivimos allí, de la humillación que tenemos que pasar a diario. En la colonia no mandamos nada. En las cosas importantes no mandamos nada. Entonces es una novela sobre eso, sobre cómo ese tipo de cosas a la larga va erosionando la psicología de todo el mundo, y sobre todo de la gente que busca la anexión. Todo el mundo queda afectado por esto un poquito, inclusive yo. 

¿O sea que hay un poco de usted en esos personajes? 
Seguro. Claro que sí (risas). Menos en el principal, porque es más una caricatura. Es una novela para reflexionar, es cómica porque es una epopeya satírica, que a través del humor y de la risa puedes ir llevando ese mensaje de lo que somos, de lo que nos han hecho que seamos y lo que hemos dejado que nos hagan. 

¿Si sucede una revolución en Puerto Rico, usted será uno de los primeros en tirarse a la calle?
¡A mí me van a matar de primero! (Risas) Me van a buscar a mi casa. 

Se ha dicho que el libro tiene influencias de El Quijote. ¿Se podría decir que usted tiene influencias de Cervantes? 
Sí, soy un fanático de Cervantes hasta la muerte. El Quijote tiene grandes influencias en Barataria. Las aventuras que se ven ahí son parecidas de alguna manera, no todas, pero hay ese paralelismo de las aventuras y lo que pasa en El Quijote. No tienes que leer El Quijote para leer esta novela. La puedes leer fácil. Pero si lees el Quijote vas a encontrar todo. 

Incluso, se ha comentado que su libro es el Don Quijote boricua. ¿Esto es un logro o una responsabilidad? 
¡Es una responsabilidad! (risas). Una carga grandísima que te ponen sobre los hombros. De verdad no creo que le llega ni remotamente al Quijote, créeme (risas). Me siento muy halagado, pero sé que eso no es verdad. Y no es que esté menospreciándome, es que estoy poniendo en su justo valor al Quijote. No es falsa modestia. Tampoco quería que fuera una copia, ni que lo estuviera imitando. Cogí prestada la idea que le sirvió para criticar a la sociedad de su época, que estaba así como la nuestra, colapsando, pero eso me vino no por una inspiración, sino por una circunstancia. 

¿O sea que usted conoció a sus personajes?
¡Sí! Conocí a dos tipos, uno de ellos es amigo mío y conozco al otro a través de él. Cuando los veo yo digo: "Ay, Dios mío, estos son Don Quijote y Sancho, igualitos". Cuando llegué a la casa a visitar a mi amigo, los encontré haciendo planes de irse a los montes caminando a buscar artículos taínos. Entonces ahí yo enganché con esa idea de búsqueda de algo desaparecido, de algo que ya no está para que ellos encuentren lo que sí está, que es el Puerto Rico que estamos viviendo. El Puerto Rico de la locura política, de la violencia... Es decir, que todo eso yo lo hacía con el periódico, iba viendo las noticias y decía: "Mira esto, está perfecto para una aventura", así como historias que conozco también. Es una mezcla de todas las cosas. Pero también hay influencias literarias, hay influencias en la trama de Fausto de Goethe, de Borges y de todos los autores que uno va interiorizando. 

¿Por qué los dominicanos deberían leer su obra? 
Porque pienso que además de ser una obra puertorriqueña es una obra antillana e incluye un capítulo muy importante que es mi favorito, que es donde se narra el secuestro de un grupo de dominicanas que vienen en yola hasta que su familia en Puerto Rico paga el rescate. La historia de nuestros países está relacionada en más de una forma, es decir, ahora son los de allá que vienen para acá, pero antes eran los de aquí que iban para allá. República Dominica está pujante y son dueños de sí mismos, pero uno (en Puerto Rico) tiene el compromiso de tratar de cambiar las cosas. Yo quiero que esas situaciones políticamente hablando se modifiquen y que nosotros seamos responsables de nuestro destino, ahí puedo sentirme más relax, pero mientras esté el mogollón pasando y que creo que ahora se pondrá bien, bien grave, entonces como que tengo esa alianza con mi país y ver si puedo de alguna manera contribuir a ese cambio. 

Usted dice que la historia de República Dominicana y Puerto Rico está muy ligada, ¿entonces a qué cree que se atribuye que hay como un aislamiento literario entre los dos países? 
Eso pasa, no entiendo por qué. Creo que la República Dominicana es una sociedad más libresca que la de Puerto Rico y está más enganchada en el ambiente libresco latinoamericano. Un texto en Puerto Rico está completamente aislado, como es una sociedad que vive tan colonizada y como tan aplastada por la situación, pues la industria del libro es muy pobre, las librerías son muy pocas y hay mucha gente que escribe, pero verdaderamente las grandes editoriales pisan a los escritores puertorriqueños. Yo pienso que es porque hay tan poco mercado en Puerto Rico, pues ellas dicen: "Si el principal mercado es ese y es tan chiquito, imagínate qué vamos a hacer", creo yo, pero aquí me he dado cuenta de que están más conectados, que nosotros estamos más aislados del mundo hispánico del libro. Creo que esa es la razón, pero no puedo decirte al 100% que lo sea. Es mi sentimiento. Por ejemplo, Pedro (Cabiya) me llevó a la Librería Cuesta de aquí y me he quedado como si fuera un niño chiquito que va a un sitio de dulces porque en Puerto Rico no hay nada así. Yo pasaba por esos estantes y decía: "Mira, todos estos libros y allá en Puerto Rico es imposible". Aunque no lo creas, allá estamos más atrasados que aquí en cuanto a la industria del libro. El mundo político nos aísla del mundo cultural. 

¿Y será por eso que de ustedes se conoce más la música que la literatura?
¡Seguro! Recuerda que la música no es como la literatura. La música la puede escuchar cualquiera y es más fácil que trascienda las barreras. La cultura popular puertorriqueña sí está muy metida, a través de la música, en el resto América Latina con la Salsa y ahora el Reggaetón, pero la literatura no, porque involucra literacidad, que se lea. En ese sentido son dos medios tan distintos, que no creo que se pueda hacer mucha comparación. La literatura sigue siendo un termo y recuerda que la música no amenaza el Statu Quo y todos los escritores de Puerto Rico amenazan el Statu Quo, es decir la parte política, no directamente, pero de una forma u otra son críticos de todo eso.

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